Como siempre en los Supuestos Prácticos, se trata de ponernos en situación y de reflexionar sobre cómo actuaríamos desde la perspectiva de la disciplina positiva y la crianza respetuosa. Está prohibido tanto juzgar las acciones de los padres como por supuesto la de los niños. Veamos el mensaje en concreto:
¡SOS! Estoy agobiadísima porque mi hijo con 5 años me levanta la mano. No me pega pero hace el intento. Yo nunca le he pegado, ni mi marido y ya no sé cómo afrontarlo. Hablo con él y vuelve a hacerlo. Además es muy exigente, siempre quiere todo en el momento y luego al contrario no echa cuenta (por ejemplo, "vamos a la ducha" y pasa hasta que a él le conviene ir). No quiero críticas por favor, sólo vuestra ayuda. ¡Un abrazo!
Así que tenemos tres cosas sobre las que pensar:
1º.- Levanta la mano a sus padres.
2º.- Pide las cosas de forma muy exigente.
3º.- No hace caso cuando le piden que haga algo.
¿Qué crees que pasa? ¿Cual creeis que puede ser el origen de esos comportamientos? ¿Qué haríais vosotros? ¿Qué no haríais? ¿Cómo lo solucionaríais?
Así es como yo lo veo:
Primero sobre lo de levantar la mano a
sus padres. Es un gesto muy feo que seguramente a muchos nos provoca
recuerdos de infancia no muy agradables. Es una amenaza, y nos pone
especialmente nerviosos ver ese gesto viniendo de nuestro hijo. Pero
hay buenas noticias, tiene 5 años y está siendo capaz de controlar
el impulso de pegar. Con 5 años van mejorando el control de
impulsos, pero todavía estaría dentro de lo normal que en ocasiones
lo perdiera e intentara pegar a sus padres. Sin embargo no lo está
haciendo, se está limitando a hacer el gesto. Personalmente, me
limitaría a bajarle la mano suavemente sin hacer mayor observación
sobre el gesto mientras atiendo a lo que hay detrás (frustración,
ira, enfado, ...)
Nota: una compañera de grupo de crianza me ha hecho ver que es posible que esté copiando el gesto de alguna parte (tele, compañeros del cole, de la calle) y que lo esté repitiendo sin ser consciente de que es una amenaza con pegar. Esta compañera en cuestión me dice que ella lo hacía y que hasta primaria o así no se dio cuenta de lo que significaba en realidad. A ella sus padres tampoco le pegaban así que el gesto para ella no tenía ese componente de amenaza. Ella creía que era un gesto que se utilizaba para expresar enfado o frustración. ¡Me ha parecido una perspectiva estupenda! De todas formas, el consejo sigue siendo el mismo: no reaccionar al gesto en sí y centrarnos en atender la emoción que está intentando expresar con ello.
Nota: una compañera de grupo de crianza me ha hecho ver que es posible que esté copiando el gesto de alguna parte (tele, compañeros del cole, de la calle) y que lo esté repitiendo sin ser consciente de que es una amenaza con pegar. Esta compañera en cuestión me dice que ella lo hacía y que hasta primaria o así no se dio cuenta de lo que significaba en realidad. A ella sus padres tampoco le pegaban así que el gesto para ella no tenía ese componente de amenaza. Ella creía que era un gesto que se utilizaba para expresar enfado o frustración. ¡Me ha parecido una perspectiva estupenda! De todas formas, el consejo sigue siendo el mismo: no reaccionar al gesto en sí y centrarnos en atender la emoción que está intentando expresar con ello.
El jugo del Supuesto Práctico de hoy,
y lo que me ha hecho compartir precisamente este, es la parte de la
exigencia/no hacer caso. Veamos la situación de nuevo:
"Además es muy exigente, siempre quiere todo en el momento y luego al contrario no echa cuenta (por ejemplo, "vamos a la ducha" y pasa hasta que a él le conviene ir)"
Ahora vamos a intentar ver la misma
situación desde la perspectiva del niño. Seguramente sería algo
así:
"Además son muy exigentes, siempre quieren todo en el momento y luego al contrario no me echan cuenta (por ejemplo, "vamos a jugar" y pasan hasta que a ellos les conviene ir)"
De hecho, en un mensaje posterior con
la mamá, esta me dijo que el niño le había pedido que fuera a
jugar a los dardos con él mientras ella estaba ocupada en la cocina
y el peque había utilizado literalmente las palabras "Cuando te
pida algo, ¡lo haces!" ¿Verdad que es una frase de madre/padre
total?
La sensación que me dio al leer el
mensaje de esta madre fue que el peque estaba reflejando lo que sus
padres en realidad estaban modelando: la impaciencia. Los padres le
estaban diciendo que tiene que aprender a esperar y a la vez estaban
mostrando lo difícil que eso resulta cuando eres tú quién espera.
Sus palabras decían una cosa y sus actos justo la contraria.
¿Qué recomendaría yo?
En esto, como en todo, lo mejor es
convertirte en el modelo de lo que quieres que tus hijos sean.
¿Que quieres que aprenda a esperar?
Aprende a esperar tú. No des por hecho que tiene que dejar todo lo
que está haciendo para hacer inmediatamente lo que tú le pides.
Aquello de "Si tú me dices ven, lo dejo todo" es muy poco
realista esperarlo de nuestros hijos. Entiende que su juego, su
dibujo, su video, sus intereses son tan importantes para él como
para ti lo pueden ser tu tarea, tu trabajo, o tu mensaje de whatsapp.
Si a un adulto que está ocupado en algo le daríamos unos minutos de
cortesía para que termine lo que está haciendo antes de hacer algo
que le hemos pedido, hagamos lo mismo con nuestros hijos.
¿Quieres que no se eternice y que
cumpla con lo que te ha dicho que iba a hacer? No le hagas esperar
eternamente y cumple con lo que has dicho que vas a hacer. Es
inevitable que tenga que esperar a veces si estáis ocupados cuando
os pide que hagáis algo. Díselo tal cual, "Ahora estoy
fregando, cariño. Puedes esperar a que termine o puedes ayudarme a
fregar." Si se enfada, como siempre contestar con calma. "Lo
sé, cariño. Esperar es muy difícil." y no entrar en más
discusiones. Eso sí, en cuanto termines cumple lo que le has dicho.
"Gracias por esperar. Ya estoy contigo." Pensemos que lo
mejor que podemos hacer es predicar con el ejemplo, porque como
estamos comprobando es lo que estaba adquiriendo sin que se dieran
cuenta.
De todas formas, con 5 años van
reclamando cada vez más control sobre sus vidas, tal vez podríamos
intentar ver cómo darle ese control. Usando el ejemplo del baño, se
me ocurre que el baño podría formar parte de una secuencia en la
que él más o menos llevara el control, con no más de un
recordatorio por tu parte. O tal vez le vendría bien algún tipo de
reloj que le indique que es hora de la siguiente actividad para que
no seamos nosotros quienes se lo tengamos que recordar. Si por
ejemplo la rutina es baño-cena, le podríamos decir "Voy a
empezar a hacer la cena. Si empiezas a bañarte ahora estará
preparada cuando termines." Si remolonea y tarda en bañarse, la
consecuencia natural podría ser que se le quede la cena fría o
incluso que ya hayáis terminado de cenar vosotros y tenga que cenar
solo.
Si hay algo que reiteradamente no
funciona para la familia, por ejemplo, si para vosotros es importante
cenar juntos y el hecho de que remolonee por sistema significara que
no puede suceder, recomendaría hablar directamente con el niño para
hacer una lluvia de ideas sobre como solucionarlo. Habría que tener
cuidado de escoger bien el momento de esa conversación: que estén
sus necesidades físicas y emocionales cubiertas, que no esté
distraído con otra cosa, que el entorno invite a hablar (que no esté
la tele de fondo, por ejemplo). Sería cuestión de decirle
claramente que necesitamos su ayuda para resolver una situación:
"Necesito que me ayudes a pensar en una solución. Te bañas muy tarde y luego cenas solo. Para mí es importante cenar todos juntos. ¿Cómo podemos solucionarlo?"
Hay que procurar presentar la situación
sin atisbo de juicio moral. Que no parezca que se le está echando en
cara nada, para evitar que se ponga a la defensiva. Presentar la
situación lo más objetivamente posible, expresar qué es lo que no
está funcionando en nuestra opinión y esperar a ver qué cosas
proponen ellos. Nos sorprendería ver las cosas que se le pueden
ocurrir. Si por lo que fuera la solución que propone y que aceptáis
ambos no funcionara en la práctica, se repetiría la conversación
para buscar una nueva solución alternativa. Este tipo de
conversaciones les ayuda a adquirir técnicas de resolución de
problemas y les hace sentirse escuchados, respetados y valorados, con
lo que además es maravilloso para su autoestima.
¿Qué os ha parecido? ¿Habíais caído
en ver la situación desde el lado del niño? Si tienes alguna pregunta o comentario que hacerme, o si tienes algún truco o sugerencia más que quieres aportar puedes hacerlo a través del blog, de la página de Facebook o de la cuenta de Instagram. Y si te ha gustado la entrada o crees que podría ayudarle a alguien que conoces COMPARTE.
¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
Yo no tengo hijos todavia, pero sigo tu blog para ir aprendiendo a reflexionar de manera diferente. Es realmente revelador leerte! Gracias por poner tus conocimientos para ayudarnos a ser mejores personas!
ResponderEliminar