El artículo que os traigo hoy, "Creo que sé por qué gritas" de Janet Lansbury, trata sobre cuales pueden ser las causas de nuestras pérdidas de control y cómo corregirlas. Como siempre, es mi propia traducción, no profesional y no revisada por Janet:
"Cuando mis hijos se "portan mal" es como si tuviera dos versiones de mí misma. O soy Mary Poppins - amable, cariñoso, paciente - o soy una versión totalmente intolerante y propensa a gritarles".
-Mamá preocupada
Si les gritas a tus hijos, no eres el único. Gritarles parece haberse convertido en una especie de epidemia de crianza. Algunos incluso lo llaman "las nuevas nalgadas". ¿Por qué hay tantos padres dedicados, inteligentes y conscientes perdiendo el control?
Mi sensación es que los padres a menudo terminan gritando porque realmente han tomado la decisión muy positiva de establecer límites a sus hijos con respeto en lugar de castigos y manipulación. Estos padres se están esforzando mucho para permanecer tiernos y amables, y sin embargo, los malos comportamientos de sus hijos continúan. Esto les produce cada vez más frustración, incluso miedo, al sentir que han perdido todo el control y no tienen ninguna forma de controlar a sus hijos.
¡Y no es de extrañar! Si yo tratara de absorber todos los consejos imprecisos, y contradictorios que he visto y oído en relación con la disciplina, yo misma estaría echando chispas de manera regular. Así que muchas de estas teorías nos seducen por su calidez y ternura, pero vienen con un montón de prohibiciones que nos causan temor ("nada de castigar, ni de premios, no intentes controlarles, no uses rincón de pensar ni castigos, no utilices la palabra "no", no esperes que te obedezcan, no seas autoritario, etc"), y aportan muy poco en el sentido de herramientas prácticas.
Si les has estado gritando, he aquí algunas ideas a tener en cuenta:
1. No te estás cuidando a ti mismo
Un largo baño de agua caliente, salir con amigos o con tu pareja son siempre buenas ideas, pero lo que me gustaría sugerir es mucho más básico y fundamental: aprende a conocer tus límites y necesidades personales, y establece límites con tu hijo desde el principio. Sí, incluso con tu bebé.
Por ejemplo, en el contexto de una relación de respeto (lo que significa percibir su bebé como una persona completa y comunicarse con ella como tal), no pasaría nada por que tu bebé llore durante unos minutos para que puedas ir al cuarto de baño a cepillarte los dientes. Dejas a tu bebé en un lugar seguro, cerrado, le dices que te vas a ir y siempre valida sus sentimientos cuando regreses.
Puesto que estás respetando las necesidades de tu bebé por que todo sea previsible, has convertido esta actividad en una parte habitual de vuestro día juntos, y tu bebé aprenderá a anticipar que vas a ir y volver. Aún así ella todavía puede que se queje, es su derecho, pero tú con confianza le haces saber que la escuchas y que aceptas su expresión de desagrado. "No querías que me fuera. Eso te ha disgustado. Ya estoy aquí."
Si eres una persona con el sueño muy ligero que no puede dormir bien con su bebé cerca, pero pero aun así practicas colecho porque crees que es lo que tienes que hacer, no te estás cuidando a ti mismo.
Si quieres destetar a tu hijo o limitar sus tomas, pero te sientes culpable por eso, no te estás cuidando a ti misma.
Si tienes que ir a la cocina a preparar una taza de café, pero tienes miedo de dejar a tu bebé o niño pequeño porque se pone a llorar, no te estás cuidando.
De hecho, si te sientes culpable por cualquier tipo de momento de auto-cuidado, es muy probable que no te estés cuidando lo suficiente.
Todos renunciamos de gran parte de nuestras vidas por nuestros hijos, pero no es sano para nosotros (y aún menos sano para nuestros hijos) el convertirse en un padre sin ego, dejando de lado nuestras necesidades y prácticamente borrándonos a nosotros mismos de la relación. Necesitamos límites personales, y nuestros hijos nos necesitan para que les sirvamos de ejemplo. Esto es lo que significa tener una auténtica relación honesta, respetuosa, que hará que el establecimiento de normas sea claro y sencillo desde su infancia hasta la adolescencia (Fijaos que no dije "fácil" - porque casi nunca es fácil).
Realidad de Crianza: Nuestros bebés y niños pequeños nunca nos van a dar permiso para que nos cuidemos. "Adelante, mami, tómate un pequeño descanso, te lo mereces!" no saldrá nunca de los labios de nuestros hijos, o de la interpretación de su comportamiento, ni siquiera en el Día de la Madre. Todo lo contrario, en realidad. Estos límites deben venir de nosotros, y nuestros hijos harán su trabajo al objetar, rebelarse, exigir más y más, y continuarán buscando cuáles son nuestros límites hasta que estos sean firmes y consistentes.
2. Has pasado el primer año de su bebé distrayendo, calmando o manipulándole de alguna manera en lugar de hablarle de los límites con sinceridad .
Me decepciona escuchar a algunos defensores de disciplina no punitivas a los que admiro decir cosas como ésta: "La mala noticia es que los bebés a menudo quieren todo lo que ven. La buena noticia es que el primer año se les distrae muy fácilmente".
Tu bebé es una persona completa dispuesta a participar de forma activa y sincera en una relación contigo desde que nace. Cuando lo distraes, le estás evitando - estás negando una conexión sincera con el fin de esquivar la sana expresión de resistencia de su hijo. El patrón que esto crea para ambos hará que sea mucho más difícil que te sientas cómodo estableciendo límites respetuosos más adelante. Este primer año de formación es un momento crucial para establecer los límites con honestidad, porque es cuando vamos a establecer lo que siempre será el centro de nuestra relación padre / hijo. (Para más información sobre el establecimiento de límites honestamente con los bebés, por favor, lea 5 razones que deberíamos dejar de distracción niños pequeños (y qué hacer en su lugar)
3. Te sientes responsable de las emociones de tus hijos
Estas son las principales razones por las que los padres evitan establecer límites personales con sus hijos o utilizan herramientas de manipulación como la distracción (todos los cuales a menudo llevan a terminar gritando):
No creen que un bebé es realmente una persona completa que puede entender las palabras e interactuar con honestidad.
No pueden acostumbrarse a la incomodidad que sienten en torno a las emociones de sus hijos.
Perciben todo tipo de llanto como algo a evitar o solucionar, "comunicación de un solo tipo", en lugar de un diálogo lleno de matices.
Dejan que les arrastre el torbellino de las emociones de sus hijos, decepción, tristeza, ira, etc., en lugar de ser un ancla para ellos que entiende que es esencial para la salud emocional de los niños que se expresen.
Esta percepción no saludable de los niños y sus sentimientos frustra el desarrollo de una buena resistencia emocional, hace que se necesiten aun más límites cuando el niño está en la etapa de 1 a 3 años y te agotará cada vez que tengas que decir "no" o insistir en algo (que será a menudo). Los primeros años de vida, sobre todo, son un período de lucha y resistencia contra los límites. Tu hijo tiene que comportarse de esta manera con el fin de afirmar su individualidad de manera saludable. Si te "da pena" o te sientes responsable de la montaña rusa diaria que son las emociones de tu hijo, vas a ser reacio a establecer límites honestos, te cansarás, y probablemente terminarás gritando... o llorando, lo cual no es precisamente sano para tus hijos.
Repite conmigo: Una vez que he cubierto las necesidades básicas de mi hijo, mi única responsabilidad con respecto a sus sentimientos es escucharlos, y aceptarlos.
4. Tus expectativas son muy poco razonables
También puede ser que grites debido a que estás esperando lo imposible. Los niños son exploradores. Necesitan lugares seguros donde puedan moverse libremente, experimentar, investigar. Pedirle a un niño que no corra, salte o escale es similar a decir: "No respires." Crea y encuentra lugares seguros para que los niños jueguen. No los expongas a materiales o equipos que no puedan utilizar a su antojo y así evitarás frustrarte ni tendrás que enfadarte con ellos cuando no te hagan caso.
Depende de nosotros el evitar situaciones que acaben con nuestra paciencia en lugar de seguir luchando por mantener la calma y hacer que funcione.
5. Estás confuso sobre cómo establecer límites con respeto.
Bienvenido al club, y por favor, permíteme que te presente la sección más consultada de mi blog: (aquí) y mi libro: Los niños malos no existen. También recomiendo los blogs Regarding Baby, Not just Cute, Abundant Life Children, Mama Eve, Aun Annie's Childcare, Core Parenting y Teacher Tom, por su gran cantidad de consejos útiles y la defensa por el establecimiento de límites respetuosos.
6. Entras en luchas de poder innecesariamente.
Dos no discuten si uno no quiere, así que no entres. Tú no eres el colega de tu hijo; eres un líder capaz. Así que, en lugar de tomarte de forma personal el comportamiento sano y apropiado a su edad de su hijo, y pasar directamente a ese lugar mental del "oh-oh" que te lleva a gritar, prueba esto:
a) Haz contacto visual con tu hijo y establece la norma con confianza: "Es hora de cepillarse los dientes."
b) Propón alguna forma de elección sencilla u oportunidad de una decisión autónoma: "Si vienes ahora, tendremos tiempo para un segundo libro."
c) Acepta los sentimientos de desacuerdo de su hijo (y deja que esos sentiemientos sigan su curso tanto tiempo como sea necesario, mientras continuas reconociéndolos). "Ah, ya sé que te lo estás pasando genial con el perro y es difícil de parar, pero es la hora. ¡Qué fastidio! Estás muy enfadado y decepcionado de que ya sea la hora de dormir. Conozco la sensación ".
A pesar de que esta forma de hablar nos resulta totalmente artificial y ajeno a la mayoría de nosotros, funciona. Cuanto más estás dispuesto a estar de acuerdo con los sentimientos de tu hijo con calma mientras mantienes la norma, más fácil será para ella liberar su resistencia y pasar página. ¿Cómo puede tu niño seguir peleando contigo si no dejas de decirle que estás de acuerdo con él? Esta "bandera blanca" de empatía servirá para disolver milagrosamente la tensión de ambos.
d) Si su hijo aún no coopera por cualquier razón, échale una mano (literalmente o figurativamente). "Te está costando subir a cepillarte los dientes, así que voy a ayudarte." Le coges con calma la mano, y entonces tal vez puedes añadir, "Gracias por hacerme saber que necesitabas ayuda."
Esto, por cierto, es exactamente lo que estaba haciendo. Y una vez que ha reconocido que todo el comportamiento de resistencia, impulsivo, de objeción de su hijo es en realidad una manera incómoda de pedir ayuda, es probable que le resulte más fácil dejar de gritar por ello.
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Y como ha quedado muy largo, y hay mucho aquí para reflexionar, termino aquí la entrada. Si queréis leer lo que opino yo de este artículo, por qué me gusta, por qué no, y cómo encaja todo esto dentro de una crianza con apego (si es que eso es posible) podéis pasar por esta entrada: ¿Gritas a tu hijo y quieres dejar de hacerlo? Sigue leyendo.
Quiero seguir formándome para poder ayudaros más y mejor pero los cursos de crianza son muy caros. Si te ayudan mis posts y quieres que siga trayendo contenido de calidad, ahora puedes ayudarme haciendo una pequeña donación. ¡Muchísimas gracias!
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¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
Más información como esta en los libros de Janet Lansbury ¡ahora traducidos al castellano!:
Excelente Artículo! Muchas gracias!
ResponderEliminarEn el mismo cita: "5 razones que deberíamos dejar de distracción niños pequeños (y qué hacer en su lugar)" No logro encontrarlo! Me gustaría leerlo! Por favor me pasaría el link? Mil gracias!
Aish, es que como es una traducción, el enlace que cita es al mismo blog de Janet y por lo tanto está en inglés. Ese aún no lo tengo traducido, pero me lo apunto como tema! De todas formas tengo uno que es de un tema parecido, sobre la capacidad de concentración de los bebés. Ahora te pongo el enlace.
EliminarAhí lo tienes, 7 maneras de mejorar la concentración del bebé.
Eliminarhttps://crianzarespetuosayconsciente.blogspot.com.es/2016/07/articulo-traducido-7-maneras-de-mejorar.html?m=1
Muchísimas gracias Rosa!
ResponderEliminarSos una genia!
Cariños!
Realmente un súper artículo, y muy cierto lo que dicen. He puesto en práctica algunos de los consejos hace 7 años con mi hija, y a pesar de que todavía hay situaciones que me cuestan, ahora que leo este artículo me doy cuenta de algunas que debo mejorar.Sin embargo, cuando uno es empático, verbaliza las emociones y ayuda a reconocerlas, los niños también aprenden a reconocer y valorar, incluso sugerir el propio espacio para sus padres. Por ejemplo, mi hija me pregunta como me fue en el trabajo? Y por qué no descansas un poco? Me voy a jugar o a la casa de la abuelita para que descanses y renieves energías. Cuando das amor, recibes amor.
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