domingo, 21 de julio de 2019

Inseguridad y timidez en los niños pequeños

Las etiquetas perjudican. Especialmente en los años en los que estamos formándonos como las personas que llegaremos a ser, las etiquetas encasillan y no te dejan explorar. A veces también transforman comportamientos normales y corrientes en ALGO IMPORTANTE.  Algo que podría ser simplemente una etapa, se le pone nombre y se asocia con frecuencia al peque que termina identificándose con ello hasta el punto de asumir que forma parte intrínseca de su personalidad: trasto, desordenada, malo, pegona, llorón, tímida, miedoso, mandona...

En el post de hoy nos vamos a centrar en una de las etiquetas más típicas y, quizás más limitantes, de los niños pequeños: la inseguridad y la timidez.

En el grupo de Facebook recibí hace unas semanas la siguiente consulta:

Hola, buenas.
Mi hijo de 2,3 años tiene miedo de los niños y niñas. Si estamos en el parque y se le acerca alguno, corriendo viene a esconderse en mis piernas. Si se sube a un columpio y hay algún niño que se sube también, corriendo se baja y me dice niño
La cuestión es que no se como ayudarle, valido su sentimiento y no sé si será cuestión de tiempo que se le vaya pasando o debo hacer algo. No le puedo decir que esté tranquilo porque los niños no sabemos como van a reaccionar pues son niños y él ha tenido varios episodios de que le han empujado o pegado, desde ahí sentí que empezó a tener miedo.
He estado leyendo en tu blog sobre qué quizás no les apetezca socializar o estar donde hay niños. ¿Cómo lo veis? ¿Cómo haríais? Muchas gracias de antemano

Los niños, como bien dice, son impredecibles. Y para un pequeñín de la edad de este, jugar en un sitio con niños probablemente más grandes, más rápidos y totalmente impredecibles para él, pues puede dar miedo. Para empezar yo no lo veo como algo preocupante. Cuando nos sentimos inseguros, las reacciones instintivas son huir, luchar o quedarse congelado. Por eso algunos niños pegan cuando se sienten amenazados. Este pequeñín en vez de pegar, huye a buscar refugio en el lugar más seguro de su mundo que es contigo.

Cuando hablamos de niños que pegan siempre aconsejo quedarse pegados a ellos mientras juegan, para poder bloquear si intenta pegar, pero también para ayudarle a sentirse seguro. De la misma manera, por el momento, aconsejaría seguir como hasta ahora, acompañando, validando y transmitiendo confianza, y dejar que él mismo te vaya marcando el ritmo. Es importante no insistir en que vaya a jugar, ni intentar convencerle de que no pasa nada, porque esas cosas suelen tener el efecto contrario. A menudo nuestra insistencia por una parte produce resistencia, y por otra, además, les hace sentir que hay algo malo en lo que sienten en ese momento, lo cual alimenta la sensación de inseguridad.

Si se acerca un niño y él reacciona corriendo a esconderse en nuestras piernas, con tranquilidad y transmitiendo normalidad y muuucha confianza podemos decirle: "ha llegado otro niño a jugar al parque, parece que quieres observarle un poquito desde aquí" o algo similar, de forma que narremos la situación. Si se queda con nosotros tranquilo, observando, genial, estará viendo como se comportan otros niños y en cierto modo estará aprendiendo a socializarse también; si después de un rato se va a hacer otra cosa donde no haya niños, pues también bien... Esto de observar a otros niños jugar sin intención de unirse al juego es de hecho una de las 6 etapas sociales del juego identificadas por Margaret Parten en 1933. Es normal en niños pequeños y especialmente típica en peques con una personalidad algo más cauta, o cuando no conoce las reglas del juego o no está seguro de si el juego le va a gustar o no. Algún día nos sorprenderá acercándose a jugar por decisión propia.

Si un niño sube a un columpio donde estaba él y viene corriendo y te dice "niño", lo mismo: "lo veo, cariño, hay un niño jugando también en el columpio." Muucha tranquilidad, tono neutro. Y dejar que él marque el ritmo.

Sólo recomendaría evitar la situación si fuera realmente angustiosa para él, si se pone a llorar, si te pide que os vayáis, si de repente empieza a mostrar ansiedad cada vez que enfiláis el camino del parque... esas cosas, pero el tipo de inseguridad que describes es más bien cuestión de acompañar y validar y dejar que con el tiempo vaya mejorando.

Si tiene otras opciones de estar con niños aparte del parque, tal vez le venga bien además tener ocasiones para estar con uno o dos niños más o menos de su edad con los que jugar de vez en cuando y que vaya cogiendo confianza poco a poco.

Relacionado con esto hice también un post en la página de Facebook que contaba la experiencia de otra mamá que estaba luchando contra esa etiqueta de "Tímido" que se estaban empeñando en asignarle a su pequeñín. Es un ejemplo real de cómo proporcionar ese espacio sin juicio a los pequeñines que estoy segura de que os resultará muy esclarecedor:




En resumen, los niños llevan poco tiempo en el mundo, prácticamente todo es nuevo, y prácticamente todo el mundo es más grande y rápido que ellos. Viven además en un mundo adaptado para "gigantes", y a juzgar por los constantes "cuidado esto" y "cuidado aquello", están rodeados por una especie de campo de minas de peligros. ¿De verdad resulta extraño que haya niños que reaccionen a todo esto con precaución? ¡Es puro instinto de supervivencia! Cierto es que todos tenemos en mente a peques que parecen ir por la vida con toda la confianza del mundo y que no ven el peligro. Evidentemente entre los peques, al igual que entre los adultos, hay gente de todo tipo. Pero incluso entre los más confiados lo normal es que haya momentos de inseguridad, especialmente en situaciones y con gente poco conocida. ¿Podemos asumir entonces que un peque que muestre algo más de inseguridad o timidez de lo que NOSOTROS consideremos "normal" en un momento determinado va a ser de tal o cual manera cuando crezca? No. Lo más probable es que si le dejamos explorar ese entorno con naturalidad, sin presionar, dando espacio para la confianza sin necesidad de forzarla, la inseguridad irá pasando poco a poco de forma normal.

Y repito, ojo, que no estoy hablando aquí de transtornos de ansiedad, que a veces se presenta en los niños pequeños. Cuando esa inseguridad y esos miedos se extienden en el tiempo, se presentan de forma muy intensa y además son limitantes en su capacidad de vivir una vida normal, puede que estemos hablando de algo más serio que necesite consultar con un profesional de salud. Dicho esto, incluso los niños con ansiedad pueden beneficiarse de lo que os he contado en el post de hoy, siempre como complemento a lo que os recomiende el profesional.


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