Hace
unos meses se publicó un meta-análisis científico que analizaba
los resultados de 75 estudios realizados a lo largo de 50 años con
más de 160,000 sujetos sobre las consecuencias del castigo físico
como parte de la disciplina de los niños. Un meta-análisis es la
madre de los estudios científicos. Básicamente se trata de tomar
todos los estudios que tienen un tema en común y analizar sus
resultados para ver si son consistentes o no. Se han realizado varios
meta-análisis sobre el tema del castigo físico, pero el publicado
por Elizabeth Gershoff, de la Universidad de Texas, y Andrew
Grogan-Kaylor, de la Universidad de Michigan, en Abril de 2016 es el
más completo hasta la fecha, y además se ha centrado en resolver
algunos problemas en concreto que se habían presentado en los
meta-análisis anteriores.
Uno
de los problemas que intenta resolver este meta-análisis es el hecho
de que muchos estudios meten en el saco de los "castigos
físicos" tanto a los métodos más "suaves" y comunes
(los cachetes, también llamados "tortazo", "nalgada", o "azotes") como otros métodos más severos (como las bofetadas o los azotes con
algún objeto, como un cinturón, una paleta, una regla). Estos estudios tenían conclusiones muy tajantes
sobre los enormes perjuicios que los castigos físicos causaban a los
niños, pero había quien decía que las conclusiones estaban
contaminadas porque la intensidad de los métodos analizados juntos
eran demasiado dispares. En base a esto, decidieron analizar sólo
estudios sobre el uso y las consecuencias de los cachetes,
exclusivamente. Es decir, golpes con la mano abierta realizados sobre
las nalgas, las manos, y los brazos. Lo que muchos considerarían la
forma más "benigna" de castigar físicamente. Los que algunos llamarían "pegar lo normal".
El
otro problema estaba en la metodología de los estudios analizados.
Algunos analizaban las características de un grupo de niños de la
misma edad e intentaban establecer relaciones entre ciertos factores y el hecho de si habían sido castigados físicamente
o no, de qué forma, con qué intensidad, y con qué frecuencia, lo
cual presentaba la duda de si los niños que habían sido castigados
físicamente presentaban problemas de comportamiento a causa de los
golpes, o si habían recibido castigos físicos precisamente porque
presentaban ya problemas de comportamiento. Al no tener en cuenta la
evolución de los niños era muy difícil concluir si había sido
antes el huevo o la gallina. También se elevaban dudas sobre otros
aspectos de la metodología de algunos estudios, como el número de
individuos estudiados, la predisposición de los padres hacia un
resultado u otro, la dificultad para establecer un grupo de control.
Este problema, más difícil de solucionar que el anterior, se ha
intentado solventar incluyendo estudios que utilizan distintas
metodologías, tanto seccionales (un grupo de individuos de la misma
edad) como longitudinales (un grupo de individuos a lo largo de una
serie de años), y han observado si los resultados son consistentes
entre todos ellos o si hay grandes variaciones.
Si queréis ver el estudio por vosotros mismos, podéis descargarlo en este enlace. Aviso de que es la publicación original, con lo que está en inglés. Es
difícil entender algunos de los términos utilizados en el estudio,
hay fórmulas matemáticas que explican cómo han calculado las
diferentes variables que no tengo ni idea de qué significan, así
que vamos a ir directamente a las conclusiones que es lo que nos
importan a los profanos en la materia:
-
Obediencia inmediata: se encontró cierta asociación entre los
cachetes y la obediencia, en el sentido en el que los niños a los
que se castigaba físicamente tendían a obedecer más y más
rápidamente. Sin embargo se encontró que la efectividad iba
disminuyendo con el tiempo, y en ciertos casos se observaba cierta
tendencia a actitudes desafiantes por parte de los niños que eran
castigados físicamente.
-
Internalización moral: Se observó una relación consistente entre
una baja internalización moral y el uso del cachete como forma de
disciplina. Esto es, se observaba que los niños decidían si algo
estaba bien o mal en base a si le pegarían por ello o no, en lugar
de decidirlo en base a valores morales intrínsecos.
-
Agresividad infantil: Se observó un mayor riesgo de agresividad
infantil en niños a los que se había castigado físicamente. Esto
se cree que está producido por el hecho de ver al adulto utilizar el
cachete como forma de conseguir lo que quiere o de castigar a otros,
con lo que para el niño queda validado como herramienta.
-
Comportamiento antisocial infantil: de los 9 estudios que analizaban
este posible resultado de los cachetes como herramienta para
disciplinar, 8 dieron resultados negativos y uno dio resultados
inconcluyentes. Concluye por lo tanto que el uso del cachete está
asociado con un mayor riesgo de comportamiento antisocial en la
infancia.
-
Externalización de problemas de comportamiento infantil: La
externalización es un proceso psicológico por el cual se busca una
forma de representar la propia parte negativa como ajena a nosotros
mismos. En este caso podría significar inventar seres imaginarios, o
acusar a otras personas, como culpables de los actos que pueden
provocar que le castiguen físicamente. El 100% de los estudios que
analizaban este factor concluye que el uso de los cachetes como forma
de disciplina está asociado con un mayor riesgo de externalización
de problemas de comportamiento infantil.
-
Internalización de problemas de comportamiento infantil: La
internalización es la otra cara de la misma moneda que la externalización. Es el proceso
por el cual el niño asume su comportamiento como parte inherente de su personalidad y de su forma
de ser. Es la asunción de las etiquetas, del creerse un niño malo
porque hace cosas malas. De los 8 estudios analizados, 7 concluyeron
que había una relación directa entre el uso de los "cachetes
educativos" y un mayor riesgo de internalización de
comportamiento infantil.
-
Problemas de salud mental en la infancia: El 100% de los estudios
analizados (10) observaron una relación directa entre el uso del
cachete y un mayor riesgo de problemas de salud mental en la
infancia.
-
Abuso de alcohol y otras sustancias en la infancia: Este factor fue
analizado en tan solo tres estudios, de los cuales dos observaron
relación entre el uso del cachete disciplinatorio y un mayor índice
de consumo de alcohol y otras sustancias en la infancia.
-
Relación progenitor-hijo: El 100% de los estudios que analizaban
esta variable concluyeron muy tajantemente que el uso del cachete
como forma de castigo físico está directamente relacionado con un
mayor riesgo de desarrollar una mala relación padre-hijo.
-
Capacidad cognitiva: De los 8 estudios analizados se observó una
relación entre el uso del "cachete educativo" y un mayor
riesgo de problemas en la capacidad cognitiva de los individuos
estudiados en 6 de ellos.
-
Autoestima: El 100% de los estudios analizados observaron una
relación entre el cachete y un aumento de riesgo de autoestima baja
en los individuos estudiados.
-
Autorregulación: La autorregulación se define en psicología como
la capacidad de ejercer control sobre nuestras propias respuestas
para perseguir metas y vivir de acuerdo con normas. Está asociado
con la autodisciplina. El 100% de los estudios que analizaban este
factor encontraron una relación entre el uso del cachete
disciplinatorio y un mayor riesgo de presentar baja capacidad de
autorregulación.
-
Convertirse en víctima de abuso físico: Este es el factor en el que
los estudios presentan datos más concluyentes. El 100% de los
estudios analizados observaron una asociación directa y muy elevada
entre el uso del cachete y un mayor riesgo a sufrir abusos físicos
por parte de los niños. Esto se explica porque los padres que
utilizan los cachetes tienen también mayor probabilidad de utilizar
también otras formas de castigo físico que sean constituyentes de
abuso.
-
Comportamiento antisocial en la adultez: El 100% de los estudios que
analizaban este factor observaron un mayor riesgo de comportamiento
antisocial en adultos que habían sido disciplinados mediante el uso
del cachete en su infancia.
-
Problemas de salud mental en la adultez: De los 8 estudios
analizados, 7 concluían que había relación directa entre un mayor
riesgo de problemas de salud mental en adultos a los que se les había
castigado físicamente por medio del uso del cachete en su infancia.
-
Abuso de alcohol y otras sustancias en la adultez: De los 4 estudios
que analizaban esta variable, 3 de ellos encontraron cierta relación
entre el uso del cachete y un mayor riesgo de abuso de alcohol y
otras sustancias en la adultez.
-
Apoyo al castigo físico en la adultez: El 100% de los estudios
analizados concluían que había una relación directa entre haber
sufrido castigo físico en la infancia y apoyar o utilizar el castigo
físico como forma de disciplina al llegar a la adultez, a menudo
utilizando y justificándolo con los propios hijos perpetuando de
esta forma la utilización del cachete como herramienta de
disciplina.
En
resumen:
Los
cachetes como herramienta de disciplina tienen el efecto deseado de
obtener obediencia inmediata, pero este efecto se ve disminuido con
el tiempo. Como contraprestación, los cachetes aparecen
significativamente asociados a un mayor riesgo de una internalización
moral baja, una mayor agresividad infantil, comportamiento antisocial
en la infancia, externalización e internalización de problemas de
comportamiento, problemas de salud mental, relación negativa con los
padres, menor capacidad cognitiva, menor autoestima. La conclusión
más firme era la que asocia el uso del cachete con un mayor riesgo
de abuso físico: los padres que más utilizan los cachetes tienen
también mayor riesgo de caer en otras formas de castigo físico que
son constituyentes de abuso.
De
las consecuencias que tienen los cachetes en la adultez, tres de los
cuatro efectos analizados aparecen como significativamente asociados
al uso del cachete como forma de disciplina: comportamiento
antisocial en la adultez, problemas de salud mental, y apoyo al
castigo físico. Lo cual sugiere que los efectos del uso de los
cachetes en la infancia tienen efectos duraderos en el tiempo. Sin
embargo, el estudio afirma que hacen falta más estudios
longitudinales para poder analizar estos efectos en mayor
profundidad.
Para
que nos entendamos:
Imagina
que vamos al pediatra para consultar un problema de salud que tenemos
con nuestro peque, uno que no es cuestión de vida o muerte pero que
nos complica el día a día. El médico nos receta un medicamento y
nos dice que el medicamento va a resolver el problema de forma
inmediata, pero continúa diciendo:
"Tengo
que advertirte de que es posible que notes que con el tiempo este
medicamento le va dejando de hacer efecto. Es normal, no te
preocupes, el cuerpo va produciendo tolerancia y para que funcione es
posible que tengas que aumentar la dosis, hasta que llegue un momento
en que no hará efecto ninguno. Por otra parte, la ley me obliga a
avisarte de que hay cierto riesgo a tener un gran número de efectos
secundarios, algunos bastante graves. Pero ya sabes, que haya riesgo
de algo no significa que a tu hijo le vaya a pasar, ¿verdad?
Cruzaremos los dedos para que a tu hijo no le toque pasar por
ninguno. Total, yo me lo tomé y a mí no me ha pasado nada."
¿Le
darías el medicamento? ¿Te arriesgarías a darle algo a sabiendas
que el efecto es limitado y que trae consigo un montón de efectos
secundarios? ¿O buscarías una segunda opción?
Y
si alguien te dijera, "Hey, yo conozco otra solución a ese
problema. Tarda más en hacer efecto, y es un poco más difícil de
aplicar pero los resultados perduran y no tiene efectos secundarios."
¿Lo intentarías?
El
castigo físico es perjudicial. Esto está ya científicamente
demostrado. Podéis argumentar todo lo que queráis a su favor, pero
la ciencia está en vuestra contra. Defender el castigo físico
porque a vosotros os pegaron y habéis salido bien es, además de
cuestionable, como defender el consumo de tabaco porque vuestro
abuelo fumó toda la vida y vivió 105 años. La ciencia ha hablado y
es el momento de que toméis decisiones firmes.
Se
puede criar a un hijo con límites y sin violencia. Es posible.
Muchas familias ya lo están haciendo, algunas desde hace mucho
tiempo. Buscad herramientas, formaos como padres. No hay ninguna excusa para seguir utilizando una herramienta que va a causar daños
a la larga.
Romped
ya con el círculo de violencia.
Quiero seguir formándome para poder ayudaros más y mejor pero los cursos de crianza son muy caros. Si te ayudan mis posts y quieres que siga trayendo contenido de calidad, ahora puedes ayudarme haciendo una pequeña donación. ¡Muchísimas gracias!
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¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
¡Mil gracias por leerme!
¡Feliz Crianza!
Este estudio es maravilloso. Sirve para que muchos padres rompan la cadena del maltrato. Unicamente discrepo en que se catalogue la "ibediencia inmediata" como un factor positivo, como bien dice el psicólogo Álvaro Pallamares "la obediencia es demasiado amigas de la esclavitud como para ser una virtud" y más alla de eso se ha comprobado que los niños sumamente obedientes son más propensos al abuso sexual infantil debido a que se les ha enseñado a que deben obedecer ciegamente a cualquier adulto aunque tenga malas intenciones, entre muchas otras razones.
ResponderEliminarGracias por resumir este valioso estudio.
Totalmente de acuerdo. El estudio en sí no lo tilda de positivo, sino de que es favorable a lo que los padres pretenden con el uso de esa forma de disciplina. Es más bien una forma de decir, consigues lo que quieres si lo que quieres es que te obedezcan, pero mira todo lo que trae consigo esa pequeña victoria. Este post lo he escrito pensando en gente que no sigue la crianza respetuosa, por eso está escrito en ciertos términos pensados en atraerlos, desde el título que habla de "lo bueno" hasta el hecho de nombrar "obediencia" como algo positivo, porque para ellos lo es. Doy por hecho que la gente que me lee normalmente esto lo sabe, la idea es dar a conocer el estudio y dar argumentos cuando algunos de nosotros se encuentre en una de esas discusiones de "a mí me pegaron y gracias a eso soy respetuoso" que tan frustrantes son. Normalmente no sirve de nada compartir datos con ellos porque no quieren ver, pero a veces nos encontramos con alguien dispuesto a cambiar, y sólo por eso ya merece la pena. Gracias por comentar! :)
EliminarEste artículo es maravilloso, no dejas ni un cabo suelto! Muchas gracias por poner en orden tantas ideas. Seguiré leyéndote :)
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarGracias por la ayuda... Dios ayúdame a cambiar...
ResponderEliminarGracias x este hermoso artículo, mi padre le pegaba mucho a mi hermano y yo sufría c el. Y eso trajo malas consecuencias en mi hermano! Jamás puede hacer bien resolver algo c violencia! Siempre trae malos efectos! El ejemplo del medicamento lo resume excelente
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