sábado, 2 de julio de 2016

Mitos de la lactancia: ¡Se me fue la leche! (Y otros recursos)


¿Alguna vez habéis oído a esas madres decir aquello de "yo le dí el pecho al principio, pero a los X tiempo se me fue la leche"? Pues bien, eso es un mito muy extendido sobre la lactancia materna, tan extendido como falso. Una lactancia que está establecida y que va bien no desaparece de un día para otro. Lo que sucede es que la demanda del bebé sí que aumenta de un día para otro, en ciertos periodos sufren lo que se llaman "Brotes de crecimiento" (los estirones de toda la vida) y de golpe comienzan a comer más, y el pecho, que produce en función de lo que el bebé mama, tarda unos días en adaptarse a la nueva demanda. Cuando se da biberón, estos brotes de crecimiento también se producen, pero se resuelven echando un cacito más en el bibe y listo. La teta necesita paciencia y tiempo. Serán unos días un poco difíciles y muy cansados, pero pasarán, y la lactancia materna, tan beneficiosa para todos, podrá continuar.

Todo esto lo explica a la perfección en el que probablemente fue el artículo que más veces leí, y releí, y volví a releer durante los primeros meses de vida de nuestro peque: el artículo sobre Crisis de lactancia o brotes de crecimiento de la página web de la asociación Alba lactancia materna.


Nosotros tuvimos, que yo recuerde, la de las 3 semanas y la de las 6. Y fueron bastante durillas. Se da la circunstancia de que estuvimos con lactancia mixta los primeros 3 meses. A pesar de todo lo que había leído, y todo lo decidida que estaba al respecto de establecer una lactancia materna exclusiva, cuando llegó el momento no tuve la necesaria paciencia y confianza en mí misma. La leche tardó en subirme un poco más de la cuenta (unos 6 días) y cuando lo hizo no fue una gran subida (nunca necesité discos de lactancia, por ejemplo, ni supe lo que eran unos pechos ingurgitados), así que el peque, que tenía un gran apetito, se hartó de llorar la segunda noche en el hospital. Lloraba tanto que ya no quería ni agarrarse al pecho, con lo que terminé por darle un bibe de 30 ml casi entre lágrimas. Y aquel pequeño bibe se convirtió en una muleta para mí. Los 30 se convirtieron pronto en 60 ml, aunque una vez que tuve la certeza de que por fin tenía leche, me negué a aumentar esos 60ml. Pero tampoco me animé a quitarlos. Siempre le daba el pecho primero, hasta que lo rechazaba varias veces, y luego le ofrecía el bibe. Podría haber prescindido de ellos y haberme limitado a dar el pecho más seguido si era lo que el peque necesitaba, pero no me atreví. El caso es que durante las crisis de lactancia que tuvimos, mi entorno hacía presión (equivocados aunque bienintencionados) para que aumentara la cantidad del bibe y así pudiera espaciar las tomas y descansar. Pero por entonces ya tenía algo más de confianza y me negué. Y la crisis pasó, y la producción aumentó. Y poco a poco, gracias también en gran parte al suplementador de Medela, la suplementación se fue reduciendo hasta que por fin, en torno a los tres meses, se la dejé de dar y pudimos establecer una lactancia materna exclusiva. Lactancia materna que terminó de manera natural en torno a los dos años.

Evidentemente hay muchos otros problemas que pueden surgir en una lactancia, a parte de las crisis: mal agarre, frenillos, mastitis, ingurgitación mamaria... Hay un montón de cosas que pueden entorpecer una lactancia satisfactoria. Y por desgracia no siempre conocemos muchos recursos con información veraz y contrastada a los que las mamás podamos acudir. En general deberíamos acudir a nuestro matrón o matrona, que debería estar formado en lactancia materna, pero esto no siempre es así. Poder consultar con nuestro pediatra o nuestro médico de cabecera sería ideal también, pero por desgracia lo normal es que no tengan una buena formación en lactancia: el pediatra unas cuantas horas durante la carrera, el médico de cabecera a veces ni eso, con lo que a menos que tengamos suerte y sean profesionales pro-lactancia y se hayan formado ellos por su cuenta, lo más probable es que en caso de problemas indiquen como solución acabar con la lactancia. Ya sabéis, muerto el perro se acabó la rabia.

También es muy típico que propongan poner fin a la lactancia en casos en el que la madre necesite algún medicamento por lo que sea. Muchos médicos desconocen qué medicamentos están realmente contraindicados en caso de lactancia, y ante la duda aconsejan dejar de dar el pecho (sobretodo si el bebé ya es mayorcito) o suspender la lactancia durante unas horas, a veces incluso días. Para luchar contra esa falta de información existe la página web E-lactancia, creada por pediatras de APILAM (Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna), donde te indican la compatibilidad de los distintos medicamentos con la lactancia materna. También se puede consultar la compatibilidad de muchas otras sustancias, como por ejemplo los distintos tipos de infusiones, ya que hay algunos, como el hinojo por ejemplo, que presentan riesgo alto.

Afortunadamente, hoy en día disponemos también de asociaciones de lactancia en casi todas las ciudades donde se reúnen madres y asesoras de lactancia para proporcionar apoyo. Existe un Directorio con los datos de contacto de los más de 500 grupos de lactancia que existen actualmente en toda España. Pero si no te animas a ir a uno de estos grupos por la razón que sea, existen también grupos virtuales de apoyo y asesoría. Mi favorito actualmente es el grupo de facebook Asesoras de lactancia online, un grupo cerrado para mayor discreción donde se pueden consultar dudas sobre lactancia con otras madres y numerosas asesoras de lactancia profesionales. También existe una App para el móvil llamada LactApp, desarrollada por Alba Padró, una asesora de lactancia muy activa en redes sociales. Esta App está pensada en resolver muchas de las posibles dudas sobre lactancia que pueden surgir, desde tu propio móvil.

Si estás embarazada, o si acabas de tener un bebé. Utiliza todos los recursos a tu alcance, lee, pregunta, investiga, consulta con profesionales. Y ten confianza en ti, en tu bebé y en vuestra naturaleza mamífera. Será duro, pero pasará. Y habrá merecido la pena.

¿Y vosotras? ¿Cuál fue vuestra experiencia con la lactancia? ¿Tuvisteis algún problema? ¿Tuvisteis alguna crisis de lactancia? ¿Necesitasteis la ayuda de algún profesional sanitario? ¿Os pudo ayudar u os animó a abandonar? ¿Conocíais los recursos de los que os he hablado? Si tienes alguna pregunta o comentario que hacerme, o si tienes algún truco o sugerencia más que quieres aportar puedes hacerlo a través del blog, de la página de Facebook o de la cuenta de Instagram. Y si te ha gustado la entrada o crees que podría ayudarle a alguien que conoces COMPARTE.

¡Mil gracias por leerme!

¡Feliz Crianza!

1 comentarios:

  1. Tengo un pequeño de 8 meses al que tuvieron que operar nada más nacer. Durante ese tiempo de hospital, 21 días, estuve sacándome leche con el sacaleches y lxs enfermerxs se lo daban a través de la vía. Cuando por fin pude darle no tuve problema alguno, es más, el bebé estaba deseando engancharse y aunque también tomó alguna toma con bibe no se separó de mi pecho desde que tuvo la oportunidad de ponerse. Con esto decir que yo pude sacarme leche y desde el hospital me animaban a ello para poder ponerle leche materna y no de fórmula, ánimo a todas las madres a que o hagan también. No importa que el bebé pase por una situación así, se adaptan más adelante al pecho, por lo menos ese fue mi caso no quiero generalizar. Y apuntar que la confianza es fundamental, y que el cuerpo es muy sabio.

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